Para una mujer, saber si se va a quedar embarazada es obviamente una información fundamental, un derecho esencial, y la realización de pruebas tempranas es un avance innegable.
Los avances en biología permiten una detección fiable y precoz de la HCG en sangre y orina, y ahora una mujer puede saber muy pronto “si está embarazada” mucho antes de un posible retraso de la menstruación. Por supuesto, unos días después, una ecografía completará un resultado positivo.
Esta información temprana que buscan las mujeres no debe considerarse un “capricho” o una fantasía, sino una respuesta a una pregunta fundamental. Y las situaciones en las que las mujeres pueden plantearse esta pregunta son muchas y el resultado puede tener consecuencias igualmente variadas: desde la alegría de un test positivo que puede producirse en el primer intento tras dejar la anticoncepción hasta la decepción tras un largo periodo de espera y de intentos. Para las que no desean quedarse embarazadas, una respuesta negativa supone un alivio, mientras que una respuesta positiva temprana proporciona un periodo de reflexión adecuado antes de considerar si se produce o no una interrupción voluntaria.
La información temprana sobre el inicio del embarazo también puede tener importancia médica, por ejemplo para iniciar o interrumpir un tratamiento lo más cerca posible de la fecha de la concepción, o para establecer un seguimiento estrecho, como ocurre tras un embarazo ectópico anterior.
La eficacia de las pruebas de embarazo ha mejorado en los últimos años, al igual que las técnicas de que disponen las parejas infértiles para lograr el embarazo. La proporción de estas parejas está aumentando por muchas razones, y la expectativa de embarazo está generando gradualmente ansiedad y necesidad de información. Las pruebas tempranas también desempeñan un papel importante en este caso, ya que proporcionan una respuesta inmediata y, al limitar el periodo de incertidumbre, ayudan a estas parejas a afrontar el tratamiento que se les puede ofrecer.
LA HORMONA DEL EMBARAZO hCG
Desde hace unos días, experimentas síntomas que te hacen pensar que podrías estar embarazada. La aparición de la hormona gonadotropina coriónica, más conocida como hCG, es un indicador de que se ha iniciado un embarazo.
• ¿CUÁNDO APARECE LA HORMONA hCG?
Cada mes, en el momento de la ovulación, el óvulo baja por la trompa de Falopio para encontrarse con un espermatozoide. Si el esperma tiene éxito, el óvulo continúa su viaje y se implanta ocho días después en el útero. Esta implantación desencadena la producción de la hormona del embarazo hCG, que estará presente durante los 9 meses del embarazo. La función de la hormona hCG es mantener activo el cuerpo lúteo para que pueda segregar las hormonas necesarias para el progreso del embarazo.
• ¿CÓMO CAMBIA LA TASA DE HORMONA hCG?
El nivel de hCG aumenta de forma constante hasta la sexta semana de embarazo y da una indicación del progreso del embarazo. Presente en la sangre desde los primeros días del embarazo, esta hormona se duplica cada 2 o 3 días para alcanzar su máximo al final del tercer mes de embarazo. A continuación, disminuye gradualmente hasta el nacimiento.
• LA HORMONA DEL EMBARAZO hCG SE DETECTA POR PRIMERA VEZ EN LA SANGRE
La hormona hCG pasa al torrente sanguíneo y a todo el cuerpo, incluso en la orina. Así, el embarazo se detecta mediante un análisis de orina o un análisis de sangre cuantitativo, que suele realizarse en un laboratorio. El análisis de sangre de hCG puede detectar un embarazo antes que un análisis de orina y es más fiable. De hecho, la hCG es detectable en la sangre a partir del 9º día después de la ovulación si el óvulo fecundado se implanta en el útero.
SIGNOS DE EMBARAZO
La hormona hCG aparece al principio del embarazo. Bajo su influencia, se producen importantes cambios hormonales en el organismo. Es entonces cuando pueden aparecer muchos signos e indicadores de embarazo. Aquí puedes ver algunos de ellos:
• Detención de la menstruación
La ausencia de menstruación en la fecha prevista, o amenorrea, es uno de los primeros signos. Pero esto no es suficiente para un embarazo, ya que algunas mujeres tienen ciclos irregulares. El estrés, el deporte o los viajes también pueden retrasar la menstruación.
• Tensión en los senos
Los pechos se hinchan con un abultamiento de los pezones. Se vuelven de color más oscuro y se cubren de pequeñas hinchazones granulares que corresponden a pequeñas glándulas (tubérculos de Montgomery). Pueden resultar dolorosos al tacto y estos cambios en las mamas suelen ser muy tempranos.
• Tensión en el bajo vientre
Cuando el útero se está preparando para el embarazo, se produce el típico tirón en la parte baja del abdomen. El útero está creciendo, el suministro de sangre aumenta con nuevos vasos sanguíneos. Este puede ser uno de los signos del embarazo desde los primeros días. Las futuras madres sienten este proceso y para muchas es muy diferente a otros dolores de barriga.
• Trastornos digestivos y náuseas
La acidez, los calambres abdominales… a veces pueden aparecer y durar hasta bien entrado el embarazo. El sabor suele cambiar, sin que haya problemas digestivos. Los alimentos que antes se disfrutaban se abandonan de repente en favor de otros. A veces hay un verdadero asco, que puede darse tanto por ciertos alimentos como por el vino o los cigarrillos. Otro signo clásico son las náuseas, que son predominantemente matutinas y se producen más tarde, a menudo al final del primer mes de embarazo.
• Fatiga
Los primeros meses del embarazo son agotadores y pueden provocar mareos y una gran sensación de cansancio. Alternar duchas calientes y frías, una dieta equilibrada y paseos al aire libre pueden mejorar su estado general.
Cada mes, en el momento de la ovulación, el óvulo baja por la trompa de Falopio para encontrarse con un espermatozoide. Si el esperma tiene éxito, el óvulo continúa su viaje y se implanta ocho días después en el útero.
• Tensión en el bajo vientre
• Fatiga